Ricardo Centurión, ¿ángel o demonio?

Centurión, personalidad difícil en el mundo del fútbol.

A PROPÓSITO del campeonato que logró Racing Club (el decimoctavo de su historia), el destino de Ricardo Centurión quedó expuesto con crudeza en los medios de comunicación. Un ángel de improvisación con la pelota o un generador de escándalos personales irremediable.
Y esto renueva la polémica, si hay que ser más tolerantes con los deportistas dieferentes. La verdad es que siempre hubo exponentes que lograron éxitos deportivos pero que vivieron abofeteando a los severos críticos de cada disciplina. Sin ir más lejos, Diego Maradona, campeón mundial de hazañas deportivas, pero también el rey de los excesos.

Como lo fue en su tiempo el talentoso René Orlando Houseman o el goleador Daniel Osvaldo, que fue más famoso por su romance con la escultural Jimena Barón que por sus pinceladas de fútbol.
Y como ellos, Omar Corbatta, recordado por sus locuras de wing incontenible y más acá en el tiempo, el Burrito Ortega, quienes les dieron a sus clubes muchas alegrías, pero también muchos disgustos.
En este nuevo capítulo de Centurión, alejándose de su equipo al pelearse con el técnico, cuestionado por varios compañeros de Racing como lo supo hacer en Boca, enfretándose en un programa con Oscar Ruggeri, vuelve a plantear el dilema de ciertos personajes que transitan del Cielo al Infierno en un chasquido de dedos.

De mi planteo sobre Centurión, se desprende la pregunta sobre si es ángel o demonio, y qué hay que hacer cuando te tocan tipos así en la convivencia. Una decisión difícil que todavía no tiene una respuesta certera y efectiva. Por L.V.