Racing venía con frustraciones. Haber perdido el clásico con Independiente fue una puñalada en el alma que el hincha no le perdonó al equipo. No encontraba el rumbo y perdía contra Argentinos en su propio estadio. Pero apareció él, la nueva adquisición de esta temporada.
Colombiano y habilidoso para meter dos estocadas y dar vuelta el partido y ganarlo. Giovanni Moreno, así se llama, fue el salvador de la Academia en la última jornada aunque no pudo apagar del todo el fuego.
"No creo que hace sido mi mejor partido, por los dos goles no deben guiarse sólo por eso", enarboló apenas concluyó el encuentro.
Este flaco de piernas largas que corre como desgarbado tuvo la inspiración de los que poseen calidad para sacar su magia y ponerla al servicio del conjunto.
Esa que aplica cuando lleva la pelota aunque muchos lo califiquen como jugador de "pecho frío".
Pero es un exquisito y como tal, hace alarde de su juego atildado y de gambeta, que aunque a veces no le salga intenta siempre. Y que no necesita de tiradas al piso o excesiva pierna fuerte para hacerle tributo a este juego.
"Gio", como le dicen sus compañeros, despierta admiración de propios y extraños, con su zurda mágica cuando emprende alguna jugada. Heredero de muchos colombianos con sus mismas condiciones para desarrollar el mejor fútbol, el más vistoso, pibe Valderrama mediante.
Y que es capaz de jugar de galera y bastón como en el potrero, ese que no existe más en los barrios y en donde germinaban los habilidosos de antaño y que tanta falta hacen en los campos de juego de la actualidad.
Pero este colombiano se vistió de bombero y pagó a medias el incendio. Ese que intentaba devorárselo a él y a sus compañeros, por una hinchada racinguista que todavía tiene clavada en el corazón la espina de haber perdido contra su eterno rival. Ese al que últimamente le cuesta tanto ganar. (Fuente Clarín).
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