Acaba de ganar su torneo número 64 igualando el récord de Pete Sampras. Roger Federer se puso la corona en Estocolmo y piensa seguir batiendo palmas. Andy Roddick -norteamericano, nada menos- fue la víctima para levantar su 64 trofeo de Grand Slam y alcanzar la marca de otro grande como Pete Sampras. El quinto set había concluido y no fue uno más en la carrera de Roger. Había emparentado la huella de otro rey del tenis.
Es que, además, había superado a un extraordinario jugador como el fue el sueco Bjorn Borg, su ídolo de cuando empezó a calzarse la raqueta de tenis.
Y aunque hace tiempo perdió el número uno a manos de Rafael Nadal, este logro le hace agigantar su figura, desde ya inconmensurable.
A los 29 años piensa en continuar cosechando títulos y galardones para su repleta vitrina de éxitos. Ahora es el cuarto jugador junto a Sampras más ganador en la historia de este deporte y su próximo objetivo es llegar a los 77 campeonatos que ostenta otro estadounidense: John McEnroe.
Desde lejos mira uno de los más grandes de la historia. Nada más y nada menos que el polémico Jimmy Connors con 109 conquistas.
Lejano pero no imposible pensará Roger. A este paso ganador querrá hacer los méritos suficientes para ser considerado de los mejores. Aunque ya lo es con este hecho y todos los que lleva en su campaña como profesional.
Hito que seguramente irá de la mano con recuperar el sitial de privilegio como el primer escalafón del podio en la ATP.
Sin dudas, el suizo alcanzó la gloria y una marca que si se la mira menos estadísticamente, se verá como una de las más preciada y rutilante de cualquier carrera deportiva. (Fuente Clarín). Por MA.
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