Sebastián Wainraich, un "bohemio" de Ley

Wainraich es fanático de Atlanta y no lo oculta.

LOS FAMOSOS, pertenecientes a la farándula, sacan a relucir sus simpatías por los clubes de fútbol. Unos más que otros, pero en el caso del periodista y humorista Sebastián Wainraich, aún más. No para de hablar de su Atlanta en la radio y en la vida.

"La pasión por Atlanta me viene desde la cuna. Mis hermanos me llevaban a la cancha cuando éramos chicos. En ese tiempo, en el equipo, jugaba Roberto Zywika que era primo de mi papá. Eso me vinculaba al club, pero también tenía otros hermanos que eran de Argentinos Juniors o de Boca", contó.

-Pero, vos hiciste cosas impensadas por los colores, ¿no?

-Sí, no te lo voy a negar. El resultado te puede cambiar el humor hasta pensar que estás perdiendo el tiempo yendo a la cancha. Llegué a faltar al casamiento de un familiar por un partido, o pedirle a un dirigente que cambie el horario porque no llegaba. Si las pensás, son cosas de locos.

-¿Cómo es ser hincha de Atlanta, en vez de River o de Boca?

-Ser de alguno de esos dos es mucho más fácil. Más allá de las cargadas, sabés que en algún momento va a ganar, te va a dar esa alegría. Ser de Atlanta, lo tenés que defender a muerte porque es todo más difícil. Mi sueño es, algún día, verlo jugar la Copa Libertadores.

-Ese fanatismo, ¿lo llevás a tu vida diaria o profesional?
-Siempre. En la radio, me doy un momento para hablar de Atlanta. En las películas donde actué, hay cosas relacionadas como en la hice con Carla Petterson con guión mío ("Una noche de amor"). Solita Sylveyra, que interpreta a mi mamá, me dice que hay un tornado en Atlanta. Ese es un guiño hacia mi club, que llevo en la sangre. El Bohemio es parte de mi identidad, una sumatoria de cosas que le dan sentido a mi vida.

-Y en el fútbol, ¿cómo están?
-Para mí, es antinatural que Atlanta juegue en la B Metropolitana. Si bien gente de mi generación (40 años) todavía lo ve como un equipo de Primera, los pibes de 20 ya no. Y si a uno de 12 le decías que Chacarita y Atlanta jugaron más veces el clásico en Primera que en el Ascenso, no te lo creen. Por eso, creo que podríamos estar más arriba de donde estamos ahora. (Fuente Crónica).