La megaestrella argentina de básquetbol en la NBA se encuentra en el país a la espera del preolímpico que se disputará en Mar del Plata. Ese torneo volverá a reunir a la denominada generación dorada que tantas satisfacciones le dio al deporte nacional.
Emanuel Ginóbili habló de lo que considera volver a juntarse con sus compañeros y amigos y de su vida personal, en la que es padre de mellizos. Esto es lo que dio a conocer de ambas facetas.
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¿Cuánto tiempo llevás con tu mujer?
-Hace catorce años que estamos juntos y ha pasado mucha agua bajo el puente. Hoy tenemos dos hijos y una familia conformada. Estamos muy felices.
-¿Cómo te llegó el tema de ser padre?
-Uno cuando es chico y gana o pierde se pone triste o eufórico. Con el paso del tiempo va aprendiendo con la madurez a emparejar las cosas. Pero los hijos son los emparejadores por excelencia.
-¿Qué se extraña estando afuera?
-Lo humano, nada material. El asado con los amigos, lo familiar, el mate después de almorzar. Ir a comer y quedarme cuatro horas de sobremesa. Allá son bastante distintos. Son compañeros de trabajo, les tengo aprecio pero en la cancha.
-¿Con quién te relacionaste más?
-Desde que se fue Fabricio (Oberto), tuve la suerte que llegara Thiago Splitter (brasileño) de 25 años para juntarme más con él.
-¿Cómo esperás el preolímpico de Mar del Plata?
-En el 2001 fue el arranque nuestro (generación dorada) cuando se empezaron a ganar cosas. Se fue gestando una amistad fuerte. Además, vuelve Fabricio, que se había retirado por problemas conocidos (cardíacos), también Pepe Sánchez. Es un grupo de amigos fenomenales, así que jugar de nuevo con ellos y estando los familiares, va a ser una fiesta.
-En el básquet argentino se da más el tema de jugar por la amistad, ¿no?
-Sí, allá uno puede hacerse amigo por ser rival. Pero en este caso nos conocemos de muy chicos. Con la mayoría empezamos a jugar en 1999. Con Pepe (Sánchez) comenzamos a jugar juntos a los trece años. Es una ventaja grande que tenemos.
-¿En Estados Unidos son tan fanáticos como acá?
-No, son seguidores. La palabra fanático no existe. Está la gente que te sigue y no se desalienta tanto si perdemos. Hay alguien que le puso Ginóbili de nombre a su hijo pero es mexicano.
-¿Qué te motiva para seguir jugando?
-Disfruto mucho los finales de partidos. La vibración que se siente en el aire cuando tenés la pelota y faltan nueve segundos. Me está tocando mucho tenerla a mí y es espectacular. A esta altura de mi carrera me gustan esos momentos y aunque a veces no te salen bien, la presión que se siente es genial. (Fuente programa AM).
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