Se dio el gusto por segunda vez de estar al lado de los grandes de verdad. En la NBA, participó del Juego de las Estrellas donde el público elige a los mejores jugadores. Y a él lo convocaron los entrenadores, los que saben que no podía faltar.
En una temporada que vuelve a ser espectacular, Emanuel Ginóbili se vistió de rojo para representar al equipo de la costa Oeste donde pertenece y pasear su magia. Al lado de Kobe Bryant, Lebron James, Dwight Howard o Tim Duncan, su compañero de San Antonio.
Dirigido por Gregg Popovich, quien promediando el primer cuarto ya le dio la orden para que entrara. Manu jugó sereno, colaborando con la defensa, como dijo después, y sin tirar tanto desde la zona de triples. Tratando de pasar la pelota a sus compañeros para ganar el partido, como finalmente sucedió.
El estadio fue una fiesta. El Staples Center de Los Ángeles, en California, estuvo colmado con más de veinte mil almas que alentaban sin cesar a su equipo. Ginóbili fue uno de los más mimado por el público y aplaudido como lo fueron Lenny Kravitz y Rihanna, esculturalmente bella y de prominente minifalda, quienes se encargaron de deleitar a todos los presentes y televidentes en el entretiempo.
Como corolario al triunfo, el bahiense se llevó un anillo personalizado como souvenir de este All Star Game. El sueño se le volvió a cumplir como hace unos años atrás o cuando de chico en su Bahía Blanca natal, se ilusionaba con estar algún día al lado de los mejores. Ahora es uno de ellos y está bien despierto en lo más alto. (Fuente Clarín).
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