Ahora que volvió a salir subcampeón en un Mundial, es bueno hacer un reconocimiento al equipo que fue referente del actual: Holanda de 1974.
Ese seleccionado perdió la final del Mundo en Alemania contra el local 2 a 1, luego de ir ganando 1-0 al minuto de juego.
Su forma de jugar fue una verdadera revolución. El llamado fútbol total, arrasaba a sus rivales (menos en el partido decisivo) y empleaba hasta cinco esquemas de juego durante el mismo encuentro.
Se dice que sus jugadores no se pusieron de acuerdo contra los germanos en seguir atacando o especular, ya que quedaban ochenta y nueve minutos, lo que le equivalió la derrota.
En ese torneo, el primero que se disputó con la Alemania todavía dividida, ejerció un juego electrizante que lo llevó a obtener varias goleadas, entre ellas a la selección argentina 4-0, y un 2-0 excluyente a Brasil en la segunda vuelta.
Comandada por ese excelentísimo futbolista y capitán de la misma como Joan Cruyff, para muchos uno de los mejores del mundo, Holanda fue un conjunto de muy buenos jugadores entre los que se destacaban el arquero Jongbloed, Suurbier, Krol, Neeskens, Van Hanegem y Resenbrink. Varios de ellos estuvieron cuatro años más tarde en el Mundial de Argentina ‘78.
Es para destacar, entonces, el juego fino, elegante de Cruyff (muy parecido al de Enzo Francescoli después), y la hegemonía de llevar a su conjunto adelante.
Físicamente, parecía un "flacucho" como le apodaban, pero su estirpe goleadora y el buen trato de balón hacía el resto.
El se desempeñaba en el Ajax holandés como varios de sus compañeros del seleccionado y luego fue comprado por el Barcelona de España donde también hizo furor. Su sello quedó grabado a fuego en ese Mundial y de toda Holanda como el inicio de una nueva forma de jugar al fútbol.
De ahí que es bueno acordarse de los que hacen historia a pesar de no haber ganado. (Fuente Libro del Fútbol).
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