Lourdes Sánchez, bailarina exótica

A Lourdes le gusta disfrazarse para sorprender a su novio.

Bailarina de Tinelli, más precisamente la novia de uno de sus productores, el “afamado” Chato Prada. Pero en la actualidad, forma pareja con el desopilante Diego Reinhold en el Bailando.

 

Figura hoy, todos la quieren fotografiar, hablarle, preguntarle. ¿Cómo es en la intimidad? Lourdes Sánchez se muestra desinhibida a la hora contestar.

 

-Se dice que cumpliste casi todas tus fantasías a la hora de hacer el amor. ¿Te queda alguna por satisfacer?

-Sí, me gustaría hacerlo detrás de un decorado de televisión o teatro, que es donde me muevo a diario.

Pero como toda mujer que cumplió la mayoría de sus deseos, alguno debe haber sido innovador. Ella lo dice: “Fue en una lancha en movimiento (risas). Me acuerdo que me divertí muchísimo.

 

Aunque a la hora de la elección, prefiere hacerlo siempre con hombres y no con mujeres. “No, te digo desde ya que a mí solo me gustan los hombres. Para nada quiero probar con personas de mi mismo sexo”, acotó.

 

Lourdes es una chica de carácter. Sin embargo, cuando de relación amatoria se trata, sostiene que es el hombre el que debe tomar las riendas del asunto. “Soy media ‘vaguita’. Quiero que el hombre me domine 'a piacere' (risa pícara)”.

En el bailando le toca hacer diferentes caracterizaciones. Por eso, cuenta que tiene gran cantidad de disfraces para sorprender a su novio. “Me encanta disfrazarme. Soy la envida de las vestuaristas de Showmatch. Tengo de todo y todos los modelos. El que yo prefiero es el de astronauta”, contó la agraciada niña.

 

A más de un lector se le deben estar despertando los ratones con semejantes confesiones. La morocha, también, adora el típico “franeleo” en el momento de estar a solas con su pareja.

 

“Me decís si prefiero una ‘mano’  cuando tengo relaciones. Pero si el hombre tiene dos, ¿por qué no usarlas? Es muy importante que me toquen por todos lados”, sostuvo. Y dio indicios, además, de nunca dejar de lado la autosatisfacción. Una chica completa por donde se la mire. (Fuente Crónica).