Los
creyentes dicen que es justicia divina Otros, los que no, prefieren pensar que
es obra de una mano justiciera que alcanza y castiga a los que no obraron de la
mejor manera.
Algo del más allá que intenta poner en su justo lugar a aquellos
que perjudicaron de mala forma a sus semejantes. Es lo que estaría ocurriendo
en la actualidad en torno al caso del asesinato de Ángeles Rawson.
La
sospecha de que algo muy raro estaría sucediendo alrededor de esta terrible
historia, que ya lleva más de un año y que todavía no llegó a su final, esperando
la sentencia definitiva para el posible asesino.
Algo
que estaría ocurriendo con una serie de extraños acontecimientos que tienen que ver
con la vida de los involucrados que intervinieron en aquella especie de reality
show mediático. Y, que derivaron en la investigación del crimen. Estarían
incluidos, por supuesto. el posible autor del mismo y su familia más el abogado
que lo defendió y los escenarios donde se desarrollaron los hechos.
Por
estas horas, existen datos precisos que se transportan al plano sobrenatural y
ciertos enigmas que se vuelven indescifrables. Una especie de ala vengadora,
para ser más preciso, que deambularía como espíritu errante y angelical que
desciende del cielo para reivindicar la memoria de la joven muerta y arrojada a
un basural de José León Suárez.
Todos
los intervinientes en el macabro caso la estarían pasando muy mal envueltos en
una serie de pesadillas y sufrimientos.
Jorge
Mangeri, el portero, se dice que es un paria que deambula y se refriega en las
paredes de la cárcel donde esta aojado. Se mueve al borde del delirio como si
fuera un fantasma.
Su
mujer Diana es como un alma errante. Va de un lado a otro y cambia de fisonomía para no ser reconocida.
Cayó en un pozo depresivo y se encuentra aislada de todo.
El
abogado Miguel Ángel Pierri, defensor del único acusado, cayó en la mala. Se
separó de su mujer, quien se va a casar con su compañero en la defensa del
caso, y su salud se encuentra deteriorada. Como profesional se encuentra disperso
y con poca predisposición. El letrado sentiría desprecio con miradas y
comentarios poco favorables. Un allegado
confesó que el caso le trajo conflictos en varios frentes de los que le costaría
mucho recuperarse.
En
tanto, el perito que implicó a la joven en prácticas aberrantes parece estar
fuera de circulación. Su sola presencia causa vergüenza ajena. Por Roberto
Leiva.
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