El Padre Grassi, antes de ser detenido. |
"No
hay ningún riesgo. Lo único que hago es trabajar. ¿Qué quieren de un imputado o
un penado con sentencia firme? ¿Qué piden los pactos internacionales? Que la
persona pueda ser útil a la sociedad. Si alguien considera que soy culpable,
¿por qué no me dejan trabajar por el bien de la sociedad?
¿Qué quieren? ¿Qué
vaya a picar piedras?", se preguntó el sacerdote Julio Grassi antes de
quedar preso. "Esa es la sentencia, que no pude dar vuelta en tres
instancias; esa es la vergüenza que inventaron, esa es la cruz que tengo que
llevar", afirmó. Grassi tuvo la oportunidad de hablar ante los jueces del
Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Morón, luego de una seguidilla de argumentos
vertidos por el fiscal Alejandro Varela y los abogados querellantes reclamando
que el cura fuera preso.
"Voy a ejercer mi derecho de decir estas últimas palabras que, duras y tristes, me hacen pensar que la mentira todavía tiene un sillón en la acusación. Este sillón lo ocupa el fiscal Varela, que miente delante de la gente y teniendo en cuenta que hay medios", sostuvo.
"Le quieren hacer creer a la gente que yo amenazo
gente", dijo el cura y luego se pregunto qué había detrás de la fiscalía de
Morón y recordó las irregularidades ocurridas en la causa por el crimen de
Candela Rodríguez, la niña de 11 años que fue secuestrada en 2011 y apareció
asesinada.
"A la causa Candela la quieren esconder con todo este circo
¿Quién mató a Candela, nadie? Con testigos falsos, y de identidad reservada,
armaron una causa, como me la armaron a mí. Jamás en mi vida amenacé a nadie.
Lo único que hice fue ayudar que en la sociedad no hubiera chicos"
abandonados, aseguró. Además se enojó al recordar que lo habían tildado de
"pedófilo", tras señalar que "todo este cúmulo de mentiras lo
van introduciendo a la sociedad como si fuera verdad de fe".
"¿Cuál es el daño que hice en este tiempo? ¿Me defendí con vehemencia?,¿Qué hay de malo en eso? ¿El hecho de que me haya defendido es un pecado?", enumeraba indignado.
Desmintió haber violado las reglas impuestas por la justicia
para mantener su libertad vigilada y afirmó que siguió trabajando desde su casa
para la Fundación Felices los Niños ("viví para la Fundación, no le hice
ningún daño, trabajé colectando fondos y no alimentando una vida de
placer", recalcó).
Y tras insistir en que hubo una "campaña
mediática" a través de la cual se había "inventado" la denuncia
en su contra, el cura insistió en que tienen en la mira su detención cuando, a
su criterio, "no hay ninguna razón fáctica o concreta para que
puedan" quitarle "los beneficios" actuales. En ese sentido,
Grassi insistió en que apelará la sentencia en su contra y que, a la espera de
la decisión final, le permitan seguir con sus tareas "como una persona que
no perdió el estado de inocencia y que está trabajando por los que más
necesitan". (Fuente lanacion.com).
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