Baldomor se encuentra detenido hace dos años en Las Flores. |
Llegó a lo más alto que un
boxeador puede aspirar, ya que en 2006 se consagró campeón mundial en Estados
Unidos. Luego, los altibajos de la profesión. Cuando parecía que empezaba a
estabilizarse entrenando pugilistas, le llegó esa acusación de abuso sexual
contra su hija (que era menor de edad) que lo mantiene alejado de los gimnasios y encerrado en una
cárcel.
Carlos “Tata” Baldomir pasa sus
días en prisión. “Éste es un momento difícil, me lo dijo mi abogado. Tengo la
fuerza mental y espiritual porque soy inocente. Voy a pelear todo lo que se
pueda y hacer caer de lo que se me acusa. No hay justificación para que esté
detenido”, señaló el ex púgil.
En relación a por qué cree que
fue denunciado, sostuvo: “Por plata, toda la gané con las peleas y estaba en
Estados Unidos. Abrí una cuenta a nombre mío y de mi ex mujer para que los
chicos pudieran estudiar y vivir tranquilos. Cuando me enteré que no lo hacían,
quise manejar los fondos y ahí empezaron los problemas. Fui denunciado por algo
grave que me tiene detenido hasta ahora”.
También admitió que tuvo algunos
inconvenientes con la defensa. “Cambié cuatro abogados, algunos me cobraron
bastante plata y no hicieron nada (hace dos años está en prisión). Recién ahora
que está Martín Durando se pudo presentar las pruebas para la defensa. Es feo
que te saquen el dinero y te dejen adentro”, recordó.
Con respecto a si también tuvo problemas
al estar en la cárcel, afirmó que sí los tuvo: “Es que varios querían pelear con
el campeón y probarse. Alguna mano tuve que meter. Ahora la cosa está más
tranquila. Los que tenemos causas por abuso estamos en un pabellón, lo demás están en otros lados”.
Sobre si puede ser factible que
recupere la libertad, el Tata admitió: “Soy inocente y lo voy a demostrar en el
juicio. Es difícil hacerle entender a la gente de por qué estoy adentro. Espero
la libertad para volver a Junín junto a mi pareja Laura y mi hijo de cinco
años. Solo en Santa Fe te meten preso por la denuncia de alguien. Hay que
cambiar las leyes”. (Fuente La Nación).